¡Buenas a todos, ya estamos en pleno verano y tenemos mucho más tiempo para disfrutar de juegos y mangas de dudosa calidad! Porque hoy os hablo de una serie que considero especialmente deleznable, uno de los productos de dudosa calidad traídos por la Sho-Comi, ¡Ore Yome.!
Ore Yome. ~Ore no Yome ni Nare yo~ (cuya traducción sería algo así como "Mi novia ~Sé mi esposa~") es un manga de Airi Sano publicado en la revista Sho-Comi de 2014 a 2017 y recopilado en 11 tomos. En principio no tiene nada que lo haga destacar del montón de mangas truñeros que salen de la Sho-Comi cada año, aunque yo la leí porque fue una recomendación de una amiga. Y en qué hora me la hizo. Es de lo peor que he leído en mucho tiempo. Si queréis saber por qué, ¡seguid leyendo!
Sinopsis
Hinata Nakagawa es una estudiante de 16 años como cualquier otra. Saca notas normales, tiene amigos normales y sus padres son normales. Ella no tiene nada que le haga destacar. Pero tras la muerte de su abuelo, se ve obligada a cumplir su último deseo: le concertó matrimonio con un chico que no conoce de nada. Hinata no tiene nada ni a favor ni en contra del compromiso, pero al parecer su prometido es un chico rico, alto y guapo por lo que tampoco le disgusta la idea. Pero cuál va a ser su sorpresa cuando, al ir a la mansión donde vive, se encuentre con un chico menor y más bajito que ella, y sobre todo malhumorado. Se trata de Zen Joumori, el joven heredero de una gran empresa que trata con desdén a Hinata desde el momento en el que se conocen. Para más inri, a Hinata le toca transferirse al instituto de pijos de Zen y le toca vivir en su mansión. Pero tranquilos, que como buen manga de la Sho-Comi, si alguien te odia es que en el fondo te quiere, y pronto Hinata y Zen pasarán de pelearse a luchar contra todos aquellos que intenten interponerse en su compromiso...
Personajes
Hinata: nuestra protagonista. Genérica a más no poder, a los dos capítulos de conocer a Zen el único objetivo en su vida se convierte en ser su esposa. Nada más. Como mucho, ama de casa, pero siempre casada con él. Qué bonito ejemplo para las niñas que tú tengas que quedarte en la cocina mientras tu marido lleva una empresa potente porque las mujeres no pueden con ello. Y me pongo en modo alegato feminista porque si no acababa la descripción de Hinata en un párrafo. Lo único que hace es aguantar el marrón de tener a Zen como prometido, pero encima disfrutándolo.
Natsume: el protagonista masculino, un niñato ricachón y menor que la prota que la trata a ratos como un felpudo y a otros como una muñeca hinchable. La autora no para de repetirnos lo perfecto que es de labios de Hinata, pero... no tiene nada. Sólo tiene dinero. Y si la Hinata se enamora de él es porque en el fondo le pone que su novio la trate como una posesión y que sólo le traiga desgracias. Vamos, que no le llamo ni maromo porque he visto tapones de balsa más grandes que Zen.
Tengo bastantes personajes para completar esta sección de la crítica pero... no me apetece. "¿Por qué, Maya?", os preguntaréis. Porque los secundarios en esta serie van y vienen, y duran un tomo a lo sumo. Si sale alguien en la portada del tomo que no sea Hinata ni Zen, ese es el que lía la marrana durante ese tomo. Dado que el único conflicto que presentan de por sí Hinata y Zen es "somos demasiado jóvenes para casarnos y no paran de interrumpirnos cuando queremos follar", la autora no para de meter personajes que interfieren con su relación de una forma u otra. Que si un compañero de clase, que si el hermano de Zen, que si el amigo de la infancia de Hinata... Salen, hacen que se peleen Hinata y Zen durante cuatro capítulos, se relacionan, están a punto de meter el lápiz en el sacapuntas y les cortan el rollo. Aclarar y repetir, ya os he contado toda la trama del manga. Y dado que esos personajes apenas aparecen en la trama a pesar de ser una serie bastante larga, no me voy a molestar en analizarlos, porque la autora tampoco lo hace.
Tengo bastantes personajes para completar esta sección de la crítica pero... no me apetece. "¿Por qué, Maya?", os preguntaréis. Porque los secundarios en esta serie van y vienen, y duran un tomo a lo sumo. Si sale alguien en la portada del tomo que no sea Hinata ni Zen, ese es el que lía la marrana durante ese tomo. Dado que el único conflicto que presentan de por sí Hinata y Zen es "somos demasiado jóvenes para casarnos y no paran de interrumpirnos cuando queremos follar", la autora no para de meter personajes que interfieren con su relación de una forma u otra. Que si un compañero de clase, que si el hermano de Zen, que si el amigo de la infancia de Hinata... Salen, hacen que se peleen Hinata y Zen durante cuatro capítulos, se relacionan, están a punto de meter el lápiz en el sacapuntas y les cortan el rollo. Aclarar y repetir, ya os he contado toda la trama del manga. Y dado que esos personajes apenas aparecen en la trama a pesar de ser una serie bastante larga, no me voy a molestar en analizarlos, porque la autora tampoco lo hace.
Opinión personal
Que alguien me recuerde todas las veces que pueda que no haga caso a esta amiga por mucho que la quiera, por favor. Esta serie es auténtica basura. No aporta nada nuevo a un género ya de por sí sobrecargado de tramas genéricas y previsibles, y sólo gustará a aquellos que tengan fetiches por niños pequeños con una libido bastante temprana.
¿
¿Lo que os conté antes en la sinopsis, que el abuelo de Hinata era conocido del de Zen y los prometieron de pequeños? Pura excusa. Ese elemento nunca se desarrolla más de lo que cuenta Hinata en el primer capítulo, por lo que básicamente la autora te está diciendo "tenía que juntar al ricachón con la niña normal de alguna manera y no se me ocurrió nada mejor, y como no sé dibujar a nadie más allá de niños y niñas moe genéricos no me hagas dibujar a los abuelos ni nada de backstory."
Porque creedme, no he visto un copypaste de diseños de personajes más brutal en mucho tiempo. Mirad la portada de la izquierda. Si os ponen a los tres maromos en blanco y negro en vez de a color, ¿creéis que seríais capaces de distinguirlos? Porque toda la serie es así. La autora no es capaz siquiera de cambiarles el peinado (menos un corte de pelo de Hinata bastante estúpido y copiado de AkaYona) así que sólo eres capaz de distinguir a Zen de los demás maromos aleatorios porque es el más bajito. Sólo puedo recomendaros esto si Sho de Utapri os excita, aunque entonces también os recomiendo que veáis a un profesional.
Vamos, ¿qué más os puedo decir después de todo este tocho? Si es que es tan mala que no merece ni un rajeo bien gordo. A menos que tengáis fetiche por los shotas que intentan ser posesivos a pesar de que su tamaño les vaya en contra, ni os acerquéis a esto. Porque lo peor es que alguno de los maromos de relleno era hasta medio decente a pesar de ser basic as fuck (rip Ken) pero claro, a la autora no le interesaba dibujar a ninguno que no fuera el shota. Para que veáis de forma más clara el terror que es esta serie, ¡he hecho un bingo de clichés tóxicos de shojo! Lo usaré a partir de ahora en mis reseñas así que iros acostumbrando:
Y hasta aquí hemos llegado por hoy, pero creedme, lo que os voy a traer la próxima vez demuestra que la Sho-Comi puede caer aún más bajo... ¡Que el calor os sea leve y nos vemos en la próxima reseña!
¿
¿Lo que os conté antes en la sinopsis, que el abuelo de Hinata era conocido del de Zen y los prometieron de pequeños? Pura excusa. Ese elemento nunca se desarrolla más de lo que cuenta Hinata en el primer capítulo, por lo que básicamente la autora te está diciendo "tenía que juntar al ricachón con la niña normal de alguna manera y no se me ocurrió nada mejor, y como no sé dibujar a nadie más allá de niños y niñas moe genéricos no me hagas dibujar a los abuelos ni nada de backstory."
Porque creedme, no he visto un copypaste de diseños de personajes más brutal en mucho tiempo. Mirad la portada de la izquierda. Si os ponen a los tres maromos en blanco y negro en vez de a color, ¿creéis que seríais capaces de distinguirlos? Porque toda la serie es así. La autora no es capaz siquiera de cambiarles el peinado (menos un corte de pelo de Hinata bastante estúpido y copiado de AkaYona) así que sólo eres capaz de distinguir a Zen de los demás maromos aleatorios porque es el más bajito. Sólo puedo recomendaros esto si Sho de Utapri os excita, aunque entonces también os recomiendo que veáis a un profesional.
Vamos, ¿qué más os puedo decir después de todo este tocho? Si es que es tan mala que no merece ni un rajeo bien gordo. A menos que tengáis fetiche por los shotas que intentan ser posesivos a pesar de que su tamaño les vaya en contra, ni os acerquéis a esto. Porque lo peor es que alguno de los maromos de relleno era hasta medio decente a pesar de ser basic as fuck (rip Ken) pero claro, a la autora no le interesaba dibujar a ninguno que no fuera el shota. Para que veáis de forma más clara el terror que es esta serie, ¡he hecho un bingo de clichés tóxicos de shojo! Lo usaré a partir de ahora en mis reseñas así que iros acostumbrando:
Toma doble línea y columna. |
No hay comentarios :
Publicar un comentario