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martes, 20 de septiembre de 2016

Reseña Otome — Shall We Date? Lost Island +

[Crítica originalmente publicada el 16 de Agosto de 2015 en Inari nº13]



INFORMACIÓN GENERAL
Título: Shall We Date? Lost Island +
Compañía: NNT Solmare Corp. 
Idioma: Inglés
Plataforma: iOS y Android
Datos extra: Si habéis leído mis reseñas en los números 8, 11 y 12 de la Revista, ya sabréis lo que os voy a contar ahora. Si no, os cuento que "Shall We Date?" son unos Otome para dispositivos iOS y Android, que cuenta con bastantes títulos bajo ese nombre. Todos tienen una jugabilidad parecida, son gratuitos (aunque incluyen compras integradas en el mismo juego) y no tienen continuidad alguna entre ellos.



ARGUMENTO
Ahora os voy a contar la historia que tiene este juego, donde haremos ver que nos lo hemos instalado en el móvil por la profundidad de su trama y no por los maromos que aparecen en la imagen promocional. Como siempre, a no ser que reseñe un juego “Boys Love” o algo mínimamente original, nuestra protagonista será una chica joven japonesa cuya personalidad es sosa y poco compleja. En esta ocasión, se llama Saya Hiramatsu, sin embargo aquí nuestra heroína es científica en lugar de princesa o estudiante de instituto. Así que, debido a su trabajo en el campo de la ciencia, Saya viaja en barco hacia una pequeña isla perdida de la mano de Dios.
Durante el viaje, el barquero nos contará que vamos a Aoshima, una isla solitaria cuyos pueblerinos son muy tranquilos y tradicionales. En ese lugar está el Monte Aoishi, donde unos investigadores descubrieron un virus llamado XH y decidieron montar un gran laboratorio de investigación donde nuestra heroína entrará a trabajar. Como no, cuando se decidió construir esas instalaciones, los pueblerinos se opusieron. Entre sus motivos (no quieren que se dañe el entorno natural de la zona, no quieren forasteros…) hay el típico anciano que dice, como si dictara una profecía, que no deben despertar la ira de la montaña. Como pasa siempre en estas ocasiones, se trata al viejo de tarado y se construye el laboratorio “futuro portador de desgracias”. Además, este virus XH, obviamente, será la causa de que luego tengamos muertos vivientes queriéndonos comer. Deciros esto no es spoiler, es solo avisaros de la previsibilidad de esta trama.
Con todas las bases argumentales puestas, Saya llega a la isla ve como los isleños la reciben con amabilidad solamente hasta que les cuenta que va a trabajar al laboratorio del monte Aoishi. Luego, ni le hablan. Encontrándose la hostilidad de los vecinos, llegará a su futuro lugar de trabajo —y de residencia— y empezará a conocer a sus compañeros. Entre ellos, al sub-jefe de las instalaciones Ichiro Sakaki; al joven genio investigador Ren Nishimura y a los dos vigilantes de seguridad, Ryo Tsuzuki y Lionel Saito.
Su vida en el laboratorio dará un cambio drástico cuando un muchacho del pueblo muera por causas desconocidas y, al cabo de unos días, los muertos empiecen a levantarse. Porque, ojo al dato, en la isla de Aoshima nos contarán que, al contrario que en el resto de Japón, en lugar de incinerar a sus fallecidos los entierran como en occidente. ¡Muy bien, llamemos al desastre! No solo se levantarán los muertos no-incinerados de la isla, si no que de repente nuestros protagonistas verán que, por algún motivo, las líneas de comunicación están cortadas y los barcos han dejado de llegar a Aoshima. Será entonces cuando Saya, junto con al maromo de su elección, se verá obligada a luchar para sobrevivir. O más bien se verá obligada a dejar que su futuro marido la proteja día y noche de los zombies isleños.

PERSONAJES Y RUTAS
Ahora que os he quitado de encima la parte del “misterio”, podemos empezar a desenvolver los regalos y a hablar de… ¡hombres en 2D! En esta ocasión, los chicos de “Lost Island” tienen el rol principal de ser protectores y capaces de matar a zombies de seis en seis, así que sin esperar más os los presento:


Ryo Tsuzuki: uno de los dos guardas de seguridad del laboratorio. Le gusta tomar la iniciativa (sale en su perfil, no estoy haciendo bromas con índole sexual ahora mismo); le disgusta la ineficiencia; su afición es trabajar (de nuevo, no bromeo) y su mayor habilidad es la investigación. Tiene más pinta de agente de policía que de segurata y me encantaría remarcar que su hobby es trabajar porque esa faceta suya se refleja en su personalidad: es serio, estricto y eficiente. Cuando hay que tomar medidas drásticas, las toma; además de ir con una pistola arriba y abajo pegándole tiros a los zombies cual protagonista de peli americana. Aun así, siempre se muestra amable con nuestra heroína y, cuando le conocemos mejor, vemos que tiene un lado tierno y considerado. Tiene un pasado secreto que… ¡sorpresa!, vamos a saber si jugamos a su ruta porque todo lo que pasa en esa isla está conectado. Como no, es protector y protegerá a Saya con su vida, enamorándose en el proceso.


Ren Nishimura: compañero en el laboratorio de Saya, genio científico, experto en el virus XH y personaje con gafas del juego. Le gusta la comida picante; le disgustan los idiotas; su afición es la investigación y su mayor habilidad son los estudios y los deportes. A simple vista parece un nerd de la ciencia que vive por su trabajo: se levanta antes que nadie y termina el último de trabajar. Dedica su vida al estudio del virus y como persona es amable y educado. Al menos en la superficie. Porque cuando todo explota y los muertos empiezan a levantarse cual peli de serie B veremos que Ren tiene otra cara: en realidad es borde, malhumorado y no soporta que la estupidez de los otros le afecte. Sin embargo, no dudará en coger una escopeta (no me preguntéis de dónde la saca porque ni idea) y despachar a los zombies a balazos. Como no, tendrá que arrastrar con Saya y protegerla, enamorándose de ella en el proceso.


Lionel Saito: uno de los dos guardas de seguridad del laboratorio. Le gustan las proteínas (todo esto de los gustos sale en sus perfiles del juego y no me puedo creer algunas cosas de las que ponen); le disgustan los cuerpos fofos; su afición es muscularse y cocinar; y su mayor habilidad es el combate cuerpo a cuerpo. Tiene más pinta de soldado que de segurata, y no solo porque lleve pantalón militar: es callado, estoico, frío y muy profesional en su trabajo. También es varonil, con un carácter calmado y es fuerte física y mentalmente. Cosa que no es de extrañar, cuando ejercita sus músculos en su tiempo libre. Aun todo eso, tiene un lado tierno pero, sobre todo, protector. Mata zombies con un machete. Sí, esto que leéis es real: a machetadas. Y, copiando y pegando lo dicho anteriormente: es protector y protegerá a Saya con su vida, enamorándose en el proceso. 


Ichiro Sakaki: el sub-director del laboratorio de investigación. Le gusta el chocolate; le disgustan las mantis; sus aficiones son la investigación y el golf; y entre sus habilidades están el kendo y la caligrafía. Es todo un señor; de hecho, en el laboratorio es el mayor en edad. Es muy responsable y se puede confiar en él, pero a su vez, es extremadamente alegre y hasta infantil. Es muy respetado en el laboratorio, el alma del equipo y un zalamero de tres pares de narices cuando trata con Saya. Por experiencias pasadas, está muy implicado en el bienestar de la isla; por lo que cuando los muertos empiezan a comerse a la gente él sale a proteger a quién pueda con su espada de kendo. Y bueno, obviamente, “proteger a quién pueda” terminará siendo “proteger a Saya” y… ya sabéis como acaba. Enamorado perdido.


Shota Tomomi: un muchacho isleño que estudia en la universidad fuera de la isla. No tiene ruta porque este mundo es feo e injusto, así que no puedo describiros sus gustos y aficiones. Lo que sí puedo contaros es que, aunque no tenga ruta y normalmente no hablo de chicos sin ruta, es un personaje muy potencial para que termine siendo ligable en un futuro: es dulce, más joven que Saya y está loquito perdido por ella. Es una de las pocas personas que no ven con malos ojos la construcción del laboratorio y, cuando estalla el drama, es el nexo de unión entre los lugareños y los investigadores. Pelea con un arco y no dudará en pelear para salvar a Saya. Vamos, como todos los demás pero sin tener ruta propia.

RESEÑA PERSONAL
¿Puedo decirlo sin tapujos? Espero que no pagaran al guionista de este juego. Descargaros la app solo si los chicos os parecen atractivos y os gusta el rollo de que un maromo se deje la piel protegiéndoos. Es igualito al “Shall We Date? Magic Sword +” (reseñado en Inari número 8) pero en lugar de dragones, te atacan muertos a medio descomponer.
Como siempre, separaremos lo bueno y lo malo y lo comentaremos todo porque me gusta ser justa en mis critiqueos bimensuales. Como punto bueno, obviamente, el visual. La aplicación a nivel funcional es muy intuitiva y, básicamente, es igual a la de todos los “Shall We Date?”. También visualmente, tiene una estética muy de “desastre en el laboratorio”: monocromática y limpia con manchas y toques de rojo que te dan esta sensación de juego de zombies. Además, el dibujo de los personajes y las ilustraciones CG son muy bonitas, vale la pena conseguirlas.
Lo malo de todo esto es que le veo muchos contrapuntos al juego. Argumentalmente es un conjunto de tópicos y excusas para crear escenas límite en las cuales los chicos arriesgarán la vida por amor. Bien, vale, estupendo de narices, pero… cuando quiero que me expliquen razones coherentes sobre el por qué está pasando todo eso en lugar de argumentos creíbles me pegan una patada en la barbilla y me dicen que me vuelva a casa con un maromo bajo el brazo. Y aunque nos pongamos realistas y confesemos que muchos jugamos a date sims por la parte del romance y las rutas; si somos jugadores que esperamos algo más en cuanto a trama nos vamos a quedar descontentos.
Luego está el tema de los zombies. Madre mía. Evitaré ningún tipo de spoiler pero cuando jugué me hizo mucha gracia que en todas las rutas, TODAS, los zombies solo aparezcan para cortar el rollo en escenas románticonas. O para amenazar la vida de nuestra protagonista; hecho que terminará con el chico salvándole el pellejo. Vamos, que los muertos vivientes solo son el recurso argumental fácil para crear escenas románticas/peligrosas. ¡Que los zombies se meten en lugares donde es imposible que se metan o aparecen en escena de treinta en treinta, por dios!
Podría seguir, contándoos de nuevo que no me gusta el sistema de estas apps en el que tienes que terminar pagando para jugar cómodamente. O que las ilustraciones CG de Ichiro me dan más miedo que sensación de estar viendo a alguien atractivo. También os podría contar lo aburrida que estoy de protagonistas indefensas en los juegos otome. Pero prefiero dejar de daros la matraca y terminar diciendo que, si alguna vez os preguntasteis si existía un otome traducido al inglés con temática zombie pero sin ligarse a los zombies, la respuesta es sí.

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