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jueves, 20 de junio de 2019

Crítica shojo - "Shortcake Cake" de Suu Morishita

¡Buenas a todos, cuánto tiempo! Ya hace un año de mi última crítica de shojo. Los meses van pasando y no podemos publicar tanto como quisiéramos por trabajos y deberes varios (y la rabia post-Vengadores Endgame que domina mi mente desde abril), pero eso no quiere decir que paremos de leer mangas moñas y jugar a otomes. Así que es hora de un regreso triunfal con un manga bien acaramelado y empalagoso: ¡Shortcake Cake!


Shortcake Cake es un manga de Suu Morishita (pseudónimo de un dúo de mangakas donde una dibuja y la otra pone el guion) publicado en la revista Margaret de 2015 a 2019 y recopilado en 11 tomos por el momento. Técnicamente aún se encuentra en publicación, pues el tomo 12 está por salir y a lo mejor sacan un tomo 13, pero la historia original está terminada y sólo están sacando extras de relleno para mantener ventas. ¿Qué nos espera en este manga cuyo título ya nos asegura diabetes?



Sinopsis

Ten Serizawa es una estudiante de bachillerato como otra cualquiera, aunque tiene cosas que la hacen un poquito rara a los ojos de sus compañeras de instituto: no sólo no le interesa tener novio, sino que nunca se queda a hacer vida social con sus amigas porque tiene que hacer dos horas de bus para ir de su casa a clase. Un día, su amiga Ageha la invita a pasar la noche en la pensión donde vive, y allí conoce a dos chicos de su edad que le llaman la atención: Chiaki Kasedera, un empollón que se pasa la vida leyendo y diciendo citas célebres, y Riku Mizuhara, un rompecorazones que va a un instituto diferente. De repente, Ten decide que se va a alojar también en la pensión para mejorar su vida social, aunque el romance esté prohibido entre los inquilinos... Ya sabéis por dónde va a tirar esto. ¿verdad? Pero los dos maromos a los que Ten le tiene echado el ojo llevan más drama encima del que aparentan... 

Personajes


Ten: la protagonista. Ten al principio parece una prota de shojo bastante atípica: es bastante pasota, va siempre empanada por la vida y parece que ni se entera de si las cosas le pasan o no. Esto... no es malo en realidad: no tiene pelos en la lengua y se relaciona con los chicos de manera bastante natural. Cosa que se agradece cuando el 90% de los shojos es de niñas que se sonrojan con estar en el mismo cuarto que un tío. ¿Problema? Es enamorarse Ten y literalmente sus amigas le dicen que se vuelva normie o se quedará sin novio. Muy sano todo. Así que corta el pelo, se pone maquillaje y tachán, ya tenemos otra prota como las demás. Qué bien.

Riku: el maromo número 1. Un chaval que va a un instituto técnico de la zona (no sé qué significa eso pero vamos a fingir que sí, ¿vale?) y que tiene a todas las muchachas del barrio perdiendo las bragas por él. Es bastante básico, el típico maromo que va de que todo le resbala pero luego tiene un pasado dramático que lo flipas. Y sinceramente, aquí lo del pasado dramático lo meten up to eleven. Riku tiene un dramón encima que lo raro es que pueda con él, y por supuesto que es hora de que nuestra manic pixie dream girl Ten le solucione la existencia con su amor. Yupi.


Chiaki:
 el maromo número dos. Va al mismo instituto que Ten pero es bastante introvertido, al contrario que ella: se pasa el día leyendo y diciendo citas aleatorias de autores famosos, como si fuera un instagrammer famosete. En realidad el pobre tiene también drama, pero menos fuerte que Riku, y lo curioso es que más que interés por Ten... lo tiene por Riku. No se sabe si lo ve como un hermano, como un daddy o como interés amoroso, el caso es que no deja al chaval en paz. Y sinceramente, su personaje camina por una cuerda floja entre la bisexualidad y la homofobia fuerte que se toma ser gay con un chiste. Japón en 2019, amigos.

Rei: un tío de la zona que va siempre por la vida con unas ojeras tremendas y un kimono en plan señorito rico. Resulta que es el hermano mayor de Riku, aún en el instituto, pero claro, si vive por la zona, ¿por qué vive en una pensión? ¡Ahí tenemos el drama! Ten está obsesionada con ganarse su aceptación, a saber por qué. La verdad es que me daba un poco de grimilla y para cuando le empezaron a dar protagonismo como que me daba bastante igual. Se llama "mal ritmo narrativo".

Opinión personal

Vamos a ver. Este manga no me mató ni cuando lo empecé a leer. Leí lo anterior de las autoras, Hibi Chouchou, y me pareció un remedio contra el insomnio. Pero oye, Shortcake tenía una protagonista atípica, un dibujo simpático y una dinámica de triángulo amoroso bastante soportable así que la seguí leyendo. Y, ¿que pasó? Lo que siempre pasa: que una vez que los editores se dan cuenta de que venden más los maromos que la protagonista esta termina en un segundo plano. A la mitad de la serie o así, toda la trama empieza a girar alrededor del drama del maromo de su elección (y lo divertido es que los dos tenían drama preparado pero uno se lo saltan por ser el que "pierde", vamos, que aquí iban a ver qué pasaba).

El problema es que parece que publican estos mangas como si estuvieran aparcando un coche. Vamos a ver, ¿sabes esto de que se baja un colega y empieza "sigue, sigue, sigue, PARA"? Pues yo creo que las tramas de la Margaret empiezan así. Los editores empiezan a decir a los autores que alarguen la trama como un chicle hasta que el manga deja de vender o el autor se cansa y corta de forma bastante seca. Si no, no entiendo cómo en Usotsuki Lily consiguieron repetir un mismo año escolar tres veces, como si eso fuera el día de la marmota, y luego ni enseñar la graduación de los protagonistas (pero el one-shot de yaoi sin consentimiento por parte de uno de los participantes sí). En Shortcake Cake en concreto, llega un momento en que le cambian el peinado a uno de los maromos y desde ese momento los dos tíos son idénticos físicamente. Ese es el nivel de vagancia que llevaban, que luego sólo tenían que cambiar los tonos y el diálogo si un maromo caía mejor que el otro en las encuestas.

Y no os creáis que esto son sólo paranoias mías (un poco sí pero tienen base). Tanto las Suu Morishita como la Yamamori (huye cobarde que todos sabemos que Shishio merecía algo mejor que ese final de mierda) se han ido de la revista en cuanto han terminado sus últimos mangas, y están sacando los extras de sus series como propina a los fans. Ojalá poder enterarme de más salseo del mundo editorial japonés...

¿Qué os digo entonces? Que si este verano tenéis un rato muerto y queréis un entretenimiento rápido y ligero, tampoco pasa nada por perder el tiempo con esto. Eso sí, como no os guste el drama en cuanto empiece salid corriendo que sólo empeora. ¡Hasta pronto!

5 comentarios :

  1. Hola. No se que comentar respecto al tema, pero si me en cantaría que me dieras tu opinión respecto a que van a sacarla un anime de collar x malice. Y también me encantaría que hicieras un canal de youtube ya que tus blog de análisis de otomes, manga shojo me parece interesantes.

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    1. ¡Hola! Pues me hace ilusión que saquen anime de CxM, aunque los animes de Otomate son flojos sí que nos dejan ver a los personajes en movimiento e introducen los juegos a más gente... Y sobre lo de Youtube, la verdad es que montar un canal supone bastante trabajo y además hay muchos temas de copyright con los que tendría que lidiar, estamos bastante contentas sólo con el blog 😅

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    2. Ok. Gracias por contestarme y tienes a más gente contigo por lo que veo. Te voy aser recomendaciones para que tu página crezca.besos

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  2. Y además, no hay muchos mangas de este género que valgan mucho, es decir: su gran mayoria son cliché y juegan con la misma fórmula o abusan del drama

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    1. En eso te tengo que corregir: en el blog reseño sobre todo mangas más flojos porque es más divertido rajar (y porque efectivamente de entre 10 mangas sólo uno es bueno y los demás son malos), pero he hecho críticas de shojos positivas. Que yo recuerde, por lo menos Nekota y Dengeki Daisy los reseñé aquí en el blog, y si algún día tengo tiempo me gustaría hacer un post con recomendaciones personales, ¡pero gracias por leernos! 💖

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